En un mundo donde las ansiedades cotidianas pueden parecer insignificantes, la artista canadiense Charlie Houston encuentra la belleza en lo mundano y lo convierte en arte. Su último sencillo, «Cranberry», es un relato íntimo del miedo y la culpa que pueden surgir de situaciones aparentemente simples, como un humo saliendo de una sartén. La canción captura la constante lucha de sentirse como una carga para los demás y el estrés innecesario que eso puede causar.
La naturalidad con la que Houston relata estas ansiedades cotidianas ha resonado profundamente con sus fanáticos de la generación Z. Con su delicada voz y matices neo-soul, Houston evoca la elegancia de artistas como Rhye y Charlotte Day Wilson, creando una propuesta musical que es juvenil pero al mismo tiempo sofisticada.
En «Cranberry», Houston colaboró nuevamente con el rapero y ingeniero de sonido Chris Yonge, una figura clave en su carrera musical según medios como Rolling Stone. Yonge ha acompañado a Houston desde su debut con el material «I Hate Spring» y también estuvo presente en su EP más reciente de 2022, «Bad Posture». La relación entre ambos artistas ha resultado en una química musical única que se refleja en cada nota de «Cranberry».
La portada del sencillo, que también aparece en su anterior canción «All Night», es una pintura que Houston creó cuando tenía solo nueve años. Este detalle encapsula perfectamente la esencia de su música: un viaje desde la inocencia hasta la madurez, lleno de obstáculos, dudas e incertidumbres.
A pesar de ser relativamente nueva en la escena musical, la carrera de Houston ha estado marcada por el éxito. Ya ha participado en giras junto al dúo ODESZA y colaboró en la canción «Wide Awake», extraída del álbum «The Last Goodbye», que fue nominado a los Premios Grammy.
La música de Charlie Houston se caracteriza por la combinación de electrónica y voces melódicas, todo ello acompañado de letras sinceras que exploran temas como la salud mental, las relaciones románticas y el descubrimiento de la fluidez en la identidad sexual. Con «Cranberry», Houston demuestra una vez más su habilidad para transformar las experiencias humanas cotidianas en arte, ofreciendo a su audiencia una conexión profundamente emocional y auténtica.
