Gary Cortez es un tipo raro. No en el mal sentido, sino en el bueno. Es de esos músicos que no se conforman con lo que hacen, que siempre buscan algo más, que se reinventan constantemente. Es un tipo que tiene dos maestrías, que ha sido gerente comercial, que maneja una agencia de marketing y que, además, hace rock. Y no cualquier rock, sino un rock que rescata sus primeras canciones, escritas cuando era un adolescente rebelde y soñador.
Su álbum debut se llama ‘Orígenes Pt.1’ y es súper entretenido. Es un disco que tiene de todo: rock duro, baladas, nostalgia, crítica, amor. Es un disco que no sigue las modas, sino que se mantiene fiel al rock peruano clásico, ese que nos hizo vibrar con Libido, Amén, Mar de Copas o Pedro Suarez-Vértiz. Es un disco que refleja la personalidad de Gary, que es ecléctica, positiva e introspectiva.
El focus track del álbum es “Tiempo atrás”, una canción que habla de la importancia de vivir el presente, de no quedarse atrapado en el pasado, en los rencores, de aprovechar cada momento y vivir con esperanza. El videoclip fue dirigido por Victor Quispe de “VM AUDIOVISUAL”. Es un videoclip que nos hace sentir identificados, que nos hace emocionar, que nos hace pensar.
La portada del álbum también es una maravilla. Es una foto de Gary abrazado por su madre, rodeado de flores y enmarcado en pan de oro. Es una alegoría de su familia, de sus raíces, de sus orígenes. Su madre es su centro, su protectora, su guía. Su abuelo es su referente, su maestro, su artesano. Su abuela es su cariño, su ternura, su flor.
Gary Cortez es un tipo raro, repito. Pero raro en el buen sentido. Es un tipo que hace música con el corazón, con el alma, con el cerebro. Es un tipo que nos regala un álbum que es una joya, que es un viaje, que es un origen.
